EL CORREO DEL DRAGÓN





Título: El correo del Dragón.
Autor/a: Emma Yarlett.
Editorial: Edelvives.
ISBN: 978-84-140-1596-4.








Cuando era pequeña escribía cartas a mis amigas y recibía correspondencia. Encontrar en el buzón de casa una carta escrita a mano de las amigas que vivían en ciudades diferentes a la mía era toda una fiesta. 
Durante este confinamiento, meses difíciles no solo por el confinamiento en sí, sino también por haber estado recibiendo quimioterapia, también he recibido cartas y postales de amigos que han preferido hacer uso de este medio de comunicación y no solo llamadas de teléfono, mensajes de móvil o whatsapp. 
Naia y yo también hemos mandado dibujos y tarjetas.

Recibir una carta supone muchas cosas para quién escribe y para quién recibe. La persona que escribe profundiza en sus sentimientos, reorganizar sus pensamientos, trabaja la caligrafía, revisa la ortografía, respeta reglas básicas de forma de la escritura (márgenes, interlineado,  etc). 
Quién recibe la carta se emociona,  pone en marcha el proceso lector, la empatia, la imaginación, etc.

En este libro, Alex, escribe y recibe cartas, pidiendo y recibiendo consejos sobre diferentes aspectos de su dragón, como por ejemplo, ¿Qué come un dragón?.  




Enseñar a nuestros alumnos e hijos qué es una carta, un sello, el remite, el remitente, ir juntos a correos, al buzón, es una enseñanza funcional. Lo sigue siendo a pesar de estar en un momento en el que la tecnología nos permite ponernos en contacto con personas que están a kilómetros de nosotros a través de diferentes aplicaciones. 

Las ilustraciones son preciosas  y desde luego es uno de los libros recomendados para tener en cualquier biblioteca de cualquier colegio. 



Qué trabajar: la escritura, la lectura, la amistad, profesiones, pedir y recibir ayuda, entre otros. 

Cómo trabajar:
  • Cada aula puede tener su propio buzón donde dejar cartas. Un alumno del grupo ejercerá de cartero y se encargará de hacer las entregas. El rol del cartero puede ir cambiando/rotando cada cierto tiempo. El profesor hará filtro de las cartas y los alumnos se mandan cartas entre ellos pidiendo y recibiendo consejos. Cada persona es buena en algo y siempre podemos necesitar su ayuda de otro. 
  • Mantener correspondencia con  niños de colegios diferentes u asociaciones, organismos, etc. El año pasado, desde uno de los colegios en los que trabajo, mandamos cartas a la planta de oncología del hospital de la ciudad de Salamanca. Fue una pena no recibir respuesta, pero es una propuesta bonita que puede hacerse con otras instituciones, centros etc. Os animo a que lo hagáis con vuestros hijos o vuestros alumnos. Hay muchas residencias de personas mayores, centros de personas con discapacidad o fundaciones, como la Fundación Aladina, que estarían encantados de recibir vuestras cartas.